Si el Athletic y toda su hinchada han necesitado 40 larguísimos años para que la gabarra vuelva a subir la ría en olor de multitudes, ¿cuántos harán falta para que el conjunto rojiblanco deje de perder puntos ante equipos en puestos de descenso? La respuesta no es sencilla, para qué nos vamos a engañar a estas alturas de la película. Especialmente porque es algo que se repite de manera periódica, sin faltar a su cita anual, temporada tras temporada. Si el curso pasado fue el Elche, ya descendido, quien enterró las opciones europeas del Athletic con su triunfo en San Mamés en el tiempo de añadido gracias a un gol de Lucas Boyé, anoche fue el Granada, curiosamente con Boyé también en el campo, el que enmudeció La Catedral. Este vez no perdieron los rojiblancos, aunque el empate dejó ese amargor propio de las derrotas, pues si bien el Athletic le recorta un punto al Atlético de Madrid en su intento por darle caza en la cuarta posición, si mañana le ganan al Alavés en Mendizorrotza, los pupilos de Diego Pablo Simeone se distanciarán en seis puntos con 18 en juego.

La noche comenzó rara, con dos jóvenes canteranos leyendo un breve texto sobre el centro del campo, micrófono en mano, con motivo del día del niño. Un mensaje que no fue muy nítido, como el juego del Athletic. Para colmo, Iñaki Williams desvió al fondo de la red un balón en un córner en el inicio del partido que puso el choque muy cuesta arriba. Después, el equipo dominó, sí, pero le faltaron muchas ideas para generar ocasiones claras de gol, si bien dispuso de dos más, al margen del gol, como para haber logrado la victoria. Mientras, el Granada, al que no le quedan ya más velas que soplar en busca del milagro de la salvación, se limitó a perder tiempo, a hacer faltas e intentar que no se jugara a nada. Sorprendió que al acabar celebraran el empate como si de un triunfo se tratara, cuando la realidad es que se quedan a diez puntos del Celta, el equipo que marca la permanencia. Serán cosas del fútbol moderno.

Quien parece no terminar de cogerle el tranquilo a las modernidades es el Athletic, que volvió a tropezar de nuevo ante un rival que tiene pie y medio en Segunda División. Fiel a su estilo, que para eso es todo un veterano con 125 años a sus espaldas. No es tiempo de andar con probando cosas raras a estas alturas de la película. Y si cada año toca meter el pie en el mismo charco, para qué cambiar.

Ni en una temporada tan buena como la actual, ha sido capaz el Athletic de imponerse en su casa a los tres equipos recién ascendidos. Hay que echar la vista atrás hasta la campaña 2010-11 para dar con el último precedente de pleno de victorias frente a los ascendidos. Este curso las cosas parecían ir encaminadas a repetir aquello, pero qué va. Tras imponerse a Alavés y Las Palmas en la primera vuelta, tuvo que asomar el Granada por San Mamés para impedir el pleno. La historia interminable.

Con el empate de ayer, son ya cuatro los equipos a los que el conjunto rojiblanco no ha conseguido ganar al menos un partido en lo que va de liga: Real Madrid, Barcelona, Valencia y Granada. Además, el conjunto nazarí fue también el cuarto conjunto que se adelantaba en La Catedral este curso. Antes lo hicieron el Madrid, que se llevó los tres puntos de Bilbao, el Betis y el Celta, ante quienes el Athletic pudo remontar para ganar.

DE MARCOS, SANCIONADO

Claro que los daños colaterales del encuentro frente al Granada pudieron ser mayores, pues en la plantilla asomaban hasta ocho futbolistas apercibidos de sanción. Por suerte, solo Óscar de Marcos se perderá la visita al Metropolitano del próximo sábado, cuando el Athletic se medirá al Atlético de Madrid en lo que será una auténtica final de cara a los puestos de Champions. En principio, Yuri Berchiche debería estar en condiciones.

De Marcos alcanzó anoche a Andoni Iraola en el número de partidos disputados en liga : 406. Ambos son los quintos futbolistas en la historia del Athletic con más encuentros jugados en el torneo de la regularidad, superados por Txetxu Rojo (414), Iker Muniain (431), Joseba Etxeberria (445) y José Ángel Iribar (466).