Andan agitados los aires de los despachos televisivos donde se gestan programaciones, que crean un mundo de contrataciones y millones a tutiplén que en ocasiones rozan el escándalo y el derroche como ha ocurrido últimamente con una empresa privada, vendedora de derechos de un moderno magazín y una empresa de capital público, que ha gastado una millonada en hacerse con los derechos de un programa rompedor, fantasmagórico en ocasiones y extremo en sus planteamientos y estilos. La historia de este golpe de pasta caliente la ha escrito el titular de esta página, Julen Arriandiaga, con pelos y señales y cuenta que un chico listo, David Broncano, ha encandilado a los rectores/as de la tele pública y ha negociado por casi 30 millones de euros por La Resistencia, que es una jaula de grillos sueltos, gritones y agitadores. Esta catarata de monedas servirá para pagar a la productora del famoso presentador, aficionado al obsesivo sexo y la droga engañadora, y sus compañeros de trabajo, humoristas, cantantes, escritores, invitados varios y personal de producción y técnica televisiva. La Resistencia dejará de emitirse en cerrado y se ofrecerá a todo el personal en abierto. La cantidad en la que se ha cerrado la compra-venta, parece desorbitada, escandalosa y poco habitual en los despachos de productores y poco acorde con los tiempos que corren. Broncano ha pegado un pelotazo de órdago, los consejeros se han dividido en su opinión sobre el asunto, y la Opinión Pública asiste escandalizada a este golpe de mano de una tele atracada; veremos el fracaso/acierto de una producción para un público específico, cheli y juguetón con maneras poco habituales con tendencia a descarrilar y rechazar experimentos con gaseosa.