Para encontrar algún turista en Bilbao durante esta Semana Santa no hay más que dar dos pasos por el Casco Viejo. Por sus calles se escuchan gran variedad de idiomas, desde inglés hasta chino, y los grupos de visitas guiadas abarrotan las zonas más turísticas de la parte vieja de la capital vizcaina. Y es que es allí donde se concentra la mayor parte del turismo ya que el resto de calles de Bilbao, se encuentra desangelada. Los comercios cerrados durante los días festivos ha provocado que las zonas habitualmente muy transitadas se queden para uso exclusivo de los vecinos. 

 Esas son las dos realidades que se están viviendo en Semana Santa en Bilbao. Una parte vieja que funciona a todo gas y una zona centro desangelada. A excepción, evidentemente, de la explanada del Museo Guggenheim, donde las cámaras no dejan de fotografiar a Puppy y los grupos no para de entrar por las puertas del museo. “Es una parada obligatoria”, reconocían Mariví Huertas y Nacho Quintero, naturales de Valencia que confesaban que su viaje a Bilbao era “algo que tenían pendiente”. Sobre su estancia, señalaron que venían “principalmente, a comer”. “Nuestros viajes siempre tienen como hilo conductor la gastronomía, y no habíamos pasado por aquí nunca”, explicaban a la vez que reconocían que “tenía delito”. ¿Su plan? ver el Guggenheim y comer pintxos. Algo que coinciden la gran mayoría de los turistas.

La calma que precede a la tormenta

Sin embargo, la afluencia en la zona de Abandoibarra es la excepción que confirma la regla del vacío del resto del centro de Bilbao, algo que ocurre cada Semana Santa al salir de vacaciones muchos de los bilbainos que viven allí. Los vecinos de Indautxu que se han quedado a pasar los días festivos en Bilbao manifestaban tener “sentimientos encontrados” con el nulo ambiente en sus calles, ya que reconocían que es “la calma que precede a la tormenta”. “Da un poco de pena ver todo tan vacío, además con este mal tiempo que se ha puesto, pero creo que tenemos que aprovechar esta calma de ahora porque la semana que viene, con la final de Copa, esto se llenará y no habrá quien pegue ojo. Y si ganan, ni hablemos de lo que viviremos”, reconocía Conchi Núñez mientras paseaba con Trasto. 

En el Casco Viejo, sin embargo, los vecinos no tendrán tiempo para esa calma, ya que las procesiones y el Bilbao Basque Fest están dando a la zona más ambiente del que ya por sí solo tiene con el tránsito de turistas. Los bilbainos aprovechan estos días para ver las tradicionales procesiones, algo que no está entre los planes de los visitantes al llegar, pero que al conocer su existencia llama la atención de muchos. “No sabíamos que salían los pasos en Bilbao, sí que conocíamos que en el sur era muy habitual”, reconocía Nestor Jiménez, que aprovechó para ver algunas procesiones tras enterarse que pasaban cerca de su hotel. 

Mucha animación

Otro de los puntos calientes del Casco Viejo además de El Arenal donde se están desarrollando todas las actividades del Bilbao Basque Fest, es la Plaza Nueva, donde los diferentes bares atraen a los turistas que se “pirran” por sus pintxos. “Comemos de pintxos y luego vamos a dar un paseo por el Casco Viejo y acercarnos a la gran carpa que hay al lado de la ría”, indicaba Saray García haciendo referencia al Txoko Gourmet de 1.500 metros cuadrados ubicado en el muelle de Ripa. “Hay mucha animación por las calles, pero es una pena que el tiempo esté constantemente amenazando con llover. Aunque es cierto que cuando vienes a Bilbao ya sabes lo que puede encontrarte”, indicaba esta salmantina. 

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Sin embargo, los planes de los turistas no se quedan en Bilbao, ya que “el resto del territorio tiene mucho que ofrecer”. “Nos alojamos en Bilbao, pero vamos a ir también a Gaztelugatxe y a Donostia porque nos han dicho que merece muchísimo la pena”, relataba García. “Nos habían dicho que en Bilbao en cualquier fecha hay ambiente y la verdad que ha sido un acierto venir hasta aquí porque entre las procesiones, la fiesta que han organizado en la zona de al lado de la ría, y los bares no estamos teniendo tiempo para aburrirnos”, reconocía. “Al principio habíamos pensado en que fuera una sola parada de un viaje por el norte, pero la decisión final ha sido la acertada”, aseguraron.