Sin lugar a dudas, la sociedad no anda sobrada de bondad ni de tolerancia y, por ello, cualquier herramienta o vía es buena para sembrar de cara a un mundo más tolerante y bondadoso. El teatro, además de ser una fuente inmejorable para estimular la imaginación y la creatividad, es una herramienta espectacular para inculcar valores entre la ciudadanía y, en especial, entre los más pequeños. Eso es lo que busca el proyecto Ornitorrinco. Una iniciativa que pone la diversidad y la tolerancia en el centro, y en el marco de la que el alumnado de quinto de Primaria del Colegio Mukusuluba de Barakaldo ha hecho una obra teatral.

Ayer lunes a la mañana llegó el momento de que los pequeños escenificasen en Barakaldo Antzokia todo lo que habían trabajado y ensayado a lo largo de las sesiones que habían realizado a lo largo de los últimos meses. Además, lo iban a hacer ante un público de excepción: sus propios compañeros de centro. Unos alumnos ataviados con unos picos de ornitorrinco hacían de guía para un público que no sólo iba a presenciar esta obra, sino que, a lo largo de la misma, iba a hacer una visita guiada por Barakaldo Antzokia. “¿Qué es lo que complica la convivencia?, ¿Cuándo molestamos a los demás?”, fueron dos de las muchas preguntas que el texto elaborado por el alumnado de Mukusuluba –junto a la compañía teatral Marie de Jongh– deslizaba en la parte inicial de la obra.

“Para nosotros ha sido una experiencia maravillosa y creo que para los niños también. Es una manera de tratar algunos temas desde la vertiente artística que hace que las veamos desde otra óptica. Terminar mostrando al público el trabajo que hemos realizado es una maravilla, para ellos ha sido una experiencia muy enriquecedora”, desarrolló Jokin Oregi, director de Marie de Jongh. Los intérpretes desarrollaron a la perfección su papel y vivieron una experiencia maravillosa en la que también sintieron esos nervios previos al estreno. A lo largo de la obra, fueron mostrando cómo el diálogo y el mirar más allá de nuestros ojos es una herramienta más que necesaria para vivir en un mundo tolerante en el que la diversidad sea la nota predominante.

Así, lo que comenzó en el hall principal de Barakaldo Antzokia en la sala auxiliar ubicada en la planta baja del teatro barakaldarra para, más tarde, desplazarse hacia la sala de ensayo de danzas. Allí, los actores y actrices se pusieron unas caretas con las que fueron interpretando distintas situaciones que se pueden dar en el día a día y que deben resolverse de una forma calmada, pacífica y tolerante. “Esta obra de teatro nos ha emocionado. Este trabajo sobre la convivencia y la diversidad realizado por el alumnado de quinto de Primaria del Colegio Mukusuluba nos va a ayudar a ser mejores personas y a ser un pueblo mejor”, resaltó Amaia del Campo, alcaldesa de Barakaldo. La primera edil fue una espectadora más de este trabajo en el que, además de fomentar la tolerancia y la diversidad, también se soñaba con un mundo casi ideal. Cada uno de los intérpretes, con otras caretas sobre sus rostros, ponía voz a los anhelos, a las circunstancias que harían de este planeta un mundo mejor. Así, afloraron cuestiones como, por ejemplo, la ausencia de conflictos, el deseo de un mundo sin guerras, sin contaminación, sin drogas, en el que la pobreza sólo sea un mal recuerdo del pasado y en el que la extinción de animales ya no sea una cuestión a abordar.

En su excursión por el interior de Barakaldo Antzokia, tanto los intérpretes como el público de los cuatro pases que realizaron estos pequeños actores y actrices, acabó por todo lo alto. Llegaron a la sala principal de Barakaldo Antzokia y en lo alto de ese gran escenario, se marcaron un número musical que, en un principio, mostraba a una niña muy tolerante, pero que estaba sola y que, poco a poco, fue atrayendo a niños y niñas para la causa hasta acabar cantando juntos y juntas una canción. Fue una bonita alegoría de que la tolerancia ha de continuar ganando adeptos, de que la persona tolerante jamás debe estar sola puesto que está en el lado de los valores en el que se debe de estar.

“Este programa busca poner las artes escénicas en el centro como elemento transformador y este es el resultado del primero de los talleres que hemos realizado”, señaló Ana López Asensio, directora de Barakaldo Antzokia. En las próximas semanas se llevarán a cabo otras dos obras teatrales que escolares de la localidad fabril están realizando en el marco del proyecto Ornitorrinco, una iniciativa que ayer sacó a escena algo tan necesario como la tolerancia.