A eso de las doce y media, la plaza de Arrankudiaga-Zollo enmudecía ayer domingo con el atronador y rugiente sonido de una sirena antiaérea como las que alertaban de bombardeos durante las guerras. Así arrancaba el acto de homenaje en memoria del gudari Ángel Egaña después de que su familia haya podido recuperar sus restos y traerlos a su localidad natal. La directora de Gogora, Aintzane Ezenarro, presente en el acto, quiso poner en valor un hecho que guía la actividad del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos que dirige: rescatar la memoria y recordar a las víctimas “es un deber” para con ellas y sus familias. En este homenaje también estuvieron el alcalde de Arrankudiaga-Zollo, Txutxi Ariznabarreta, así como otros de la comarca como los de Ugao-Miraballes, Orozko, Orduña y Laudio (Ekaitz Mentxaka, Aitor Aiz, Iker Santocildes y Ainize Gaztaka).

Aurresku de honor ante la kutxa de madera tallada donde descansan los restos de Ángel Egaña. S. MARTÍN

Precisamente el primer edil local tuvo la intervención más larga ya que dedicó buena parte de la misma a resumir el periplo de Ángel Egaña durante la guerra desde que se alistó hasta su fusilamiento. Fue teniente en el batallón Padura en el Euskadiko Gudarostea, el ejército sublevado le detuvo en Santoña y fue juzgado y condenado a muerte por un tribunal militar en la localidad cántabra y, tras ser trasladado a Valladolid fue ejecutado el 2 de junio de 1938, cuando tenía 24 años.

Begoña, su sobrina. S. MARTÍN

Sus restos han permanecido en una fosa del cementerio vallisoletano de El Carmen y el Instituto de la Memoria los ha identificado tras haber sido recuperados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid. Ahora la familia los inhumará en el cementerio de Arrankudiaga.

Ezenarro destacó que la memoria sigue teniendo, a día de hoy, un papel crucial “para conocer lo ocurrido y para construir el futuro de nuestro país”. Asimismo resaltó la colaboración con otras comunidades y asociaciones que trabajan en la localización y recuperación de personas desaparecidas durante la Guerra Civil. De esta forma, se han recuperado y entregado a sus familias los restos de 15 personas, naturales o vecinos de Euskadi, de ellos ocho procedentes de exhumaciones realizadas en Nafarroa y siete en otros territorios.