El Amorebieta, zarandeado por el Eibar el domingo en Ipurua, donde el equipo dirigido por Joseba Etxeberria endosó un hiriente 5-0 a los azules, mantiene intactas sus opciones de permanencia gracias a los tropiezos de todos los rivales que tiene a su alrededor en una clasificación que continúa comprimida por arriba y por abajo. A cuatro puntos de la ansiada permanencia a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato se mantiene por segunda semana consecutiva el conjunto zornotzarra, que al contrario que en jornadas anteriores ha agradecido la suma de desgracias de sus rivales directos. La botella, por tanto, puede verse medio llena.

Solo Albacete y Cartagena en sus enfrentamientos con dos equipos que ocupan posiciones de descenso como son el Andorra y el Alcorcón han conseguido ganar en un fin de semana del que los de Jandro Castro no han salido mal parados, a pesar de su horrible partido en Eibar. Además del Amorebieta y de los mencionados Andorra y Alcorcón, también perdieron Villarreal B, Huesca, Eldense y Mirandés. Se trata de los siete últimos clasificados al término de una trigésimo octava jornada que los vizcainos tienen que borrar rápido de la mente para poner los cinco sentidos en el choque dominical ante el Villarreal B en Lezama.

Conscientes de que otro accidente del mismo tipo podría salir demasiado caro dada la escasez de puntos que quedan en juego, los azules deben restablecerse y volver a ser el equipo sólido y solvente de los dos últimos meses para lograr que los tres puntos se queden el domingo en casa. En ello hizo hincapié tras la goleada sufrida en Ipurua Jandro Castro, quien remarcó en su rueda de prensa posterior al choque que “tenemos que levantarnos ya, porque no tenemos tiempo de lamentarnos. Debemos reponernos mentalmente. Tenemos una final contra el Villarreal B y hay que limpiar las cabezas en una semana en la que el trabajo mental va a ser muy importante. Hemos salido de situaciones difíciles y es una más de la que vamos a salir”.

Así de contundente, con el optimismo intacto, se refirió el técnico asturiano a una delicada situación que podría mejorar considerablemente al término de la próxima jornada, pues el Amorebieta será el único de los siete últimos clasificados que actuará como local. A domicilio se fajarán los seis equipos que asoman cerca de la posición de los azules, todos frente a rivales de la primera mitad de la tabla. Propicia, en consecuencia, se presenta para los zornotzarras una trigésimo novena jornada tras la cual solo quedarán otras tres para poner el lazo a la fase regular de la Liga Hypermotion, en la que todo está por aún por decidir.

NO ENCAJAR

Fundamental para los azules se antoja reencontrarse con la victoria después de enlazar tres jornadas consecutivas sin ganar. Con solo un punto de los nueve últimos en el zurrón, el Amorebieta se ha atascado a las puertas de una jornada en la que debe ganar sí o sí al Villarreal B, antepenúltimo en la tabla con un punto más que los vizcainos. Derrotado 3-1 en el encuentro que albergó el Estadio de la Cerámica en la primera vuelta, el conjunto azul tendrá enfrente a un rival que ha reaccionado en las cinco últimas jornadas del campeonato para vender cara su piel.

Único filial en la categoría de plata, el equipo dirigido por Miguel Álvarez perdió 0-3 el pasado viernes como local ante el Sporting, pero asoma como el quinto mejor equipo de la Liga Hypermotion en las cinco últimas jornadas con 9 puntos de 15 posibles. El Amorebieta, por su parte, debe recuperar la solidez perdida en defensa. Además de haber encajado diez goles en las tres últimas jornadas, cinco de ellos en Ipurua, los azules acumulan un total de siete partidos seguidos recibiendo gol, un debe que los de Jandro Castro no pueden permitirse y al que tienen que encontrar rápida solución para recuperar la solvencia como bloque.

Con el partido del domingo ante el Villarreal B marcado en rojo en el calendario, al Amorebieta le quedarán después dos partidos a domicilio y solo uno en casa. El Tenerife ejercerá como rival en feudo propio en la antepenúltima jornada, el Espanyol visitará Lezama en la penúltima cita liguera y el cierre de curso tendrá lugar en el campo del Mirandés, inmerso también en la pelea por la permanencia.