MIENTRAS tengamos salud, ¿qué importa ganar? Ya ganaremos. Y, además, pasado un tiempo, nadie se acuerda de los subcampeones (en forma de “mayorías alternativas” más sólidas de la historia”, Gara dixit). Solo los campeones sacan la gabarra. Todo esto, claro, tiene que ver con las elecciones del pasado domingo. Y, ¿qué ha pasado?

Día de la salud y subcampeonato

La coalición gobernante ha ganado las elecciones en votos y en escaños. La primera fuerza de la CAPV en votos es el PNV. Incluso, si sumásemos los votos de Geroa bai, sería la primera fuerza en “Hego Euskal Herria” como alguien resaltaba hace unos días. Cuando se escuchan determinadas valoraciones se da cuenta de cómo debe estar las cosas. Oskar Matute hablaba de los resultados de Bildu en Durango y en Zarautz donde “claramente” ganó al PNV por 41 votos. Eso sí. La coalición de gobierno (sin contar el apoyo externo) le ha sacado 1.559 votos de diferencia. El apoyo externo ha obtenido 963 votos. En Zarautz, la claridad es de 22 votos más. Eso sí, la coalición de Gobierno le supera en 1.047 votos. Y a pesar del titular “arrasador” del Diario Vasco, la coalición gobernante y sus apoyos superan ampliamente a Bildu en votos y escaños. Y, si esto es así, ¿por qué hay que entregar la cuchara a los subcampeones? Ni siquiera se justifica en los enrevesados análisis de Maite Ubiría.

Dos cuestiones más: una, Bildu tiene que apoyar a Sánchez en Madrid a cualquier precio. Entre otras razones por la cuestión de los presos. Tras la desaparición de los GKS durante la campaña, ¿cuánto tiempo aguantarán en un pacífico segundo plano? Y, si hacen alguna trastada, ¿cómo se desvincularía Otxandiano de esta gente?

Resumen: Euskal Herria Bildu estará en la oposición en la CAPV y en el conjunto de “Hego Euskal Herria” durante los próximos cuatro años.

Dicho todo lo anterior, el PNV ha pasado apuros y tiene problemas (que tienen solución). El mayor problema lo tiene en Gipuzkoa. Por alguna razón, a lo largo de los años se ha ido cediendo terreno a Bildu (en todas sus versiones) al renunciar a estar presente en medianos y pequeños municipios. Basta con una junta de tres personas que recoja y traslade las inquietudes y problemas a las instancias correspondientes. Incluso acompañando al vecino en persona. Y sirve asimismo para lugares con organizaciones municipales asentadas. Forma parte de eso que Andoni Ortuzar llama “meter el termómetro”. Eso se ha hecho muy bien en Irún.

Los resultados de Araba, viniendo de donde se venía, han sido bastante buenos. Quizás los mejores de EAJ. Segunda fuerza en el territorio y, en la capital, a un escaño de Bildu. Venía ser el cuarto partido en el escalafón. En Bizkaia, el PNV ha ganado en los núcleos más poblados. En este punto, Xabier Lapitz tuvo que recordar a Maite Ubiria que en la Margen Izquierda no es donde está la oligarquía precisamente. Hay algunos datos interesantes: los jeltzales han sido primera fuerza en Portugalete, en Etxebarri, en Galdakao (donde gobierna Bildu) o en Ermua, y, por supuesto, en Bermeo (tierra natal de Roberto Uriarte en el que su partido, Podemos, obtuvo 103 votos frente a los 3.845 sufragios obtenidos por el partido de sus mayores). También resulta curioso ver cómo, en la mayor parte de los municipios presuntamente afectados por el Guggenheim (Bermeo, Sukarrieta, Arratzua, Busturia, Gautegiz Arteaga, Kortezubi, Murueta,…) ha ganado el PNV. Mundaka y Gernika merecen una atención más personalizada. También la merecería Lea-Artibai, donde el PNV ha tenido que asumir cargas como las de la falta de médicos de atención primaria o pediatras. Hay pocos, los que hay no quieren venir y hay algunos que vienen y se van. Luego, hay conflictos como el de la Residencia de Lekeitio que ya no afectan al PNV. Sin olvidar, las concentraciones del 1.080. Es interesante porque los concentrados reconocen que, con el complemento de la RGI, las pensiones superan esa cifra. Además, se oponen al fondo complementario de pensiones, mientras que sus dirigentes hablan de “fondo soberano”. Pero, bueno.

El PSE está feliz como una perdiz. Ha recuperado dos parlamentarios y tiene pinta de que va a conseguir una consejería de las “grandes”. Andueza ha mencionado Sanidad. También está feliz el PP, que ha salido del pozo que le metió Iturgaitz.

Mientras, la izquierda guay se ha extinguido. Los resultados del domingo nos devuelven a 1980. Aquel año, el PCE-EPK obtuvo un parlamentario. Eso si con más respaldo que el obtenido por Sumar (el elegido es, ¡qué casualidad!, el secretario general del PCE-EPK).

Algunas consideraciones finales. Imanol Pradales ha recordado que el abertzalismo de EAJ-PNV no es el mismo que el de EH Bildu. Quizá sería nuevo precisar que el Parlamento Vasco es la cámara con más abertzales. De la misma forma que no es lo mismo comunismo que socialismo. Por lo menos, eso decía Indalecio Prieto.

Un amigo se tomó la molestia de revisar los votos calle a calle, barrio a barrio, en Gasteiz y descubrió que abunda el voto de funcionarios, no tanto de jóvenes. Luego, hay número de votos de los que habían participado en proyectos fracasados desde los tiempos del inmediato postfranquismo: LKI, EMK-MCE, ORT, EE,… que habían encontrado cierto acomodo en Podemos.

Por cierto, lo que se trata de preservar ahora es el autogobierno y el Concierto. Dejar de atosigar a las clases medias y escuchar a quienes crean empleo. Mientras tanto, hay que felicitar a los subcampeones. Zorionak Mallorca!

Periodista