En el programa electoral de Bildu plantea el proyecto patrulla desarmada, que resulta al menos una idea original que muchos han soñado, a pesar de que por parte de otros grupos políticos ya se han apresurado a ridiculizarlo como medio para mantener la estructura actual de una policía tan desacreditada. Porque la realidad es que existe una opinión muy difundida de que la política actual de orden público viene alimentada por políticos que buscan potenciar la imagen de vencedora frente a la presión de la izquierda, que considera a la Ertzaintza como un grupo hostil que agrede a la ciudadanía, a pesar de la publicidad insistente y falaz de la propia institución y del Gobierno vasco que la considera la joya de la corona del Estatuto de Gernika. Aunque ese enfoque de la desmilitarización se enfrente con la obcecación de los sindicatos de la Ertzaintza, cuya máxima preocupación es aumentar salarios, beneficios sociales, ampliar plantillas, armamento y munición más sofisticado y defensa en casos de excesos y dar leña a los terroristas. Sin embargo, cambiar la filosofía humanizado la Ertzaintza debería ser la prioridad máxima que quien forme Gobierno en Lakua.