Vete a hacer puñetas. Seguramente, muchos de nosotros y nosotras hemos utilizado más de una vez esta coloquial expresión cuando alguien nos molesta profundamente y nos tiene bien hartos, o en situaciones que literalmente nos superan. Cuentan que el origen de dicha expresión puede derivar (existen diferentes versiones) de mujeres condenadas a cárcel que confeccionaban los bordados y adornos que lucen en sus togas jueces y magistrados, según su rango o categoría o aquellas otras que lo hacían en lejanos y apartados conventos. Esas puñetas, pienso yo (una opinión muy personal) dan una importancia enorme y de gran responsabilidad a la hora de impartir justicia, con equidad y neutralidad, y quizás recordando aquello que, la justicia es ciega y tiene así mismo una balanza que representa la igualdad, basada en antiquísimas civilizaciones. Quizás pues, y ante situaciones o circunstancias que la dejan a una un poco perpleja y queda un poco en el olvido aquello de la justicia ciega, quedan ganas de mandar a hacer puñetas.