Si de verdad da mal fario hablar de la gabarr... dina, ya me entienden, a estas alturas no ganamos ni un campeonato de petanca.

Habría que encender un millón de velas blancas, tamaño cirio pascual, para contrarrestar la de veces que ha salido la palabrita de nuestras bocas. La verdad es que informar sobre ella un mes sin mentarla se antoja imposible y quien no se la ha tatuado, la ha construido con piezas de Lego o la ha bordado a punto de cruz.

Supersticiones aparte, va a ser que a más de uno se le ha ido un poquito la olla con esto de la final. Vale que la cadencia es de una vez cada 40 años, pero el cometa Halley pasa cada 75 y no creo yo que vayamos a tirar la casa por la ventana. Créditos de hasta 3.000 euros para no perderse el acontecimiento, compra de banderas del Athletic por kilómetros, hacerse socio del club rival para pillar entrada... Antes muerto que fuera de La Cartuja, a alguno solo le queda lanzarse sobre el césped en plan hombre bala.

Con alojamientos y transportes petados, las posibilidades de última hora deben ser llegar al Guadalquivir en pedalo y calzarse unas aletas para dormir de pie apoyado en una barra del Athletic Hiria.

En el día después no quiero ni pensar. Lo mismo nos marcamos un babyboom, que falta nos hace, que un Resacón en la villa que me río yo del de Las Vegas. Si pierden, el bajón va a ser de campeonato, tipo Blue Monday con astenia primaveral, depresión postpartido, cuesta de abril y vuelta al curro.