¿EVENTUAL? ¡Ja! Y el que suscribe, fraile capuchino. ¡Si lleva cobrando del erario público todo el siglo! Y ya en el anterior había pasado en menos de un año, de junio del 95 a marzo del 96, con las arras de su matrimonio en la mano, de primera dama madrileña a secretaria de diputado en Cortes, o sea, un lustro a sueldo. Luego, a la Comunidad de Madrid. Desde el mismísimo 2000 hasta 2015, como secretaria del expresidente; sí, su señor esposo. Y hasta anteayer, de 2016 a 2024, como secretaria de sucesivos consejeros madrileños (y del PP) de Transportes o Cultura, tanto da un roto que un descosido. Así que ni eventual, ni provisional, ni ocasional, ni esporádico. Mucho menos accidental o fortuito. En su caso, el cargo, no sé si el trabajo, va adjunto a la firma del contrato... nupcial. Que eso es amor eterno y no el de Sánchez deshojando la margarita. Por cierto, la señora Lucinda Álvarez de Leguina tampoco efectúa un simple cambio de funciones. Porque a los 34.559€ anuales que cobraba en Cultura, añade ahora 23.713€. Y si a los 100.550€ al año que cobra don Joaquín como nuevo presidente del Tribunal de Cuentas se suman los 58.273€ de su secretaria y sin embargo esposa, el fichaje firmado por Isabel Ayuso les sale a los madrileños a 158.823€ anuales ¡por seis años! Leguina, claro, canta, baila... y lo que le digan. Quizá al ritmo de aquel Lucinda, you made me a sinner (Lucinda, me hiciste un pecador) de Status Quo.