NO ha sentado nada bien que el Athletic cobre a los que pretendan ir en caso de victoria el 6 de abril acompañando por la ría a la gabarra. Sabíamos prácticamente todo, lo habíamos contado en este periódico. El recorrido, los puntos de salida, el número de barcos que se preveía ideal para el seguimiento, incluso que el remolcador que les movería es especial por su altura y dimensiones. Organizar todo esto requiere de muchas horas de trabajo y, por supuesto, de mucha gente y colectivos.

Una ría no es una calle. Los agentes que intervienen en el desarrollo de un evento en la lámina de agua desde el Abra hasta Bilbao son múltiples y poner a todos en sintonía no es labor fácil. Máxime si además el entorno donde vas a celebrar el festejo no tiene nada que ver con lo habitual. Han pasado muchos años desde la última vez en la que la gabarra surcó las aguas del Nervión y la película ha cambiado una barbaridad. Lo cierto es que no sé si para bien o para mal. Hay más embarcaciones, más gente y, por supuesto, más opinión.

El primer problema fue cómo, desde dónde y con cuántos. Resuelto más o menos se habló de quién tenía mando en plaza, para posteriormente convenir entre todos que la responsabilidad recae en el organizador, el Athletic. Es obvio que en los márgenes de nuestra querida ría los diferentes ayuntamientos jugarán un papel principal, pero el plato fuerte es lo que pase en las cercanías de quien traslade a los que deseamos sean campeones de Copa. Desde hace algo más de un mes las peticiones y las preguntas de los poseedores de las distintas embarcaciones han sido constantes, nadie se lo quiere perder.

¿Qué te parece que se cobre por acompañar a la gabarra?

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Ahora bien, lo que nadie imaginaba es que eso iba a tener un coste, y qué coste. No tengo ninguna duda de que lo que se pretende es filtrar de la mejor manera la comitiva. No hay sitio para todos y el orden es fundamental, nadie quiere lamentar una desgracia. Todos tenemos muy buena voluntad, pero al mismo tiempo todos nos equivocamos. El ser humano tiene estas cosas. La noticia del precio a pagar corrió como la pólvora y, por si acaso, y ante el aluvión de críticas, la Autoridad Portuaria se desmarcó del asunto de hacer pasar por caja al personal, dejando al Athletic en solitario la responsabilidad de dicha decisión.

Poner una cuota me parece correcto, de los dineros que se habla no tanto. No es lo mismo una familia que va con su txalupa a disfrutar del fiestón, que quien hace negocio con el mismo. Es verdad que los precios son muy diferentes, pero el mínimo me parece demasiado. Es más, lo digo de antemano, todos los que tienen barco no son millonarios. Hay cantidad de gente que por su afición a la pesca o simplemente al mar ahorra para cumplir el sueño de su vida.

El Athletic no va a salvar sus cuentas con este evento ni va a meter un montón de dinero en sus arcas. Creo que deberán estudiar cada caso, no son tantos y poco tendrán que ver unos con otros. La final de Copa es algo que requiere de una organización muy compleja en todos sus ámbitos y debemos comprender que la dificultad es máxima. Insisto, vamos a disfrutar de este regalo y pensemos en positivo, no tengo duda del buen hacer y la buena intención de esta Junta Directiva. Acertar siempre es muy difícil y hay que ponerse en su pellejo. Pongamos las cosas fáciles entre todos, independientemente de solicitar una revisión de este asunto en concreto. A toda máquina Athletic.