Con la generalización de internet y de las redes sociales se extienden rápidamente sucesos de todo tipo que pasan en cualquier parte del mundo, y algunos de esos hechos llaman la atención por ser absolutamente surrealistas. Una de esas informaciones ha llegado desde Santa Cruz de Tenerife y se ha vuelto viral en las redes sociales por lo inusual de lo que aparece en las imágenes.

Porque no es muy habitual ver a un churrero perseguir con un cucharón como arma a dos tipos que se habían marchado de su churrería sin pagar su consumición. Pero gracias a que casi todo el mundo lleva un teléfono móvil con cámara hay una grabación del momento, a cargo de una persona que se encontraba al otro lado de la calle, y se ha expandido por las redes sociales.

Discusión en la calle

Sucedió hace unos días en el barrio de Ofra, en el Centro Comercial Yumbo de la ciudad canaria, situado en la avenida Príncipes de España. Allí unos ciudadanos de origen chino regentan una popular churrería, y uno de ellos en un determinado momento, como se ve en un vídeo subido a Facebook, comenzó a recriminar a un cliente que se marchaba del local al parecer sin pagar lo que había consumido.

Las imágenes comienzan ya con ambos ellos en la calle, fuera del centro comercial. El cliente, muy exaltado, no atiende a las reclamaciones del empleado y este llegado un momento pierde la paciencia y trata de agredirlo con lo único que llevaba encima, que era un cucharón.

El empleado, contra dos clientes

Entonces otro hombre se pone entre ambos y parece intentar mediar, aunque diversos testigos aseguran en las redes sociales que habían entrado juntos a la churrería, con lo que él también habría hecho el simpa. Lejos de abonar lo que debía o de huir del lugar, el cliente repele las agresiones del trabajador, que acaba intentando quitarle la mochila, mientras el otro hombre también recibe algunos golpes con el cucharón.

Viendo que no va a conseguir nada de esos clientes, el churrero, ya muy enfadado, les ordena que se alejen de su local y del centro comercial, algo que solo consigue a fuerza de perseguirlos y de amenazarlos con el cucharón. Las imágenes terminan con ambos clientes doblando una esquina y marchándose tranquilamente juntos, mientras personas que pasaban por la calle se ponían de parte del empleado y le animaban a atacarlos, recriminando la actuación de esos dos hombres.